Por las mañanas me agasajo con un café y con el placer de disfrutarlo calentito mientras escucho el programa de Radio Clásica, Sinfonía de la mañana. Hace poco estuvieron hablando sobre el doblaje de la película dirigida por Milos Forman, Amadeus, y las complicaciones para doblar la excéntrica risa de Mozart. Tan difícil resultó, que optaron por no doblarla y dejar esa risa imposible en versión original.
Escuchando a Martín Llade y a sus invitados, me pregunto por qué se siguen doblando las películas. Creo que parte de la interpretación de un actor, es su voz. ¿Por qué quitarle ese mérito doblándolo?. ¿Cuántos de vosotros veis películas en versión original?. Es verdad que tenemos a los mejores dobladores. Hay 13 escuelas de doblaje en España, ¡ni más ni menos!. No digo que haya que desmerecer ese trabajo, pero, ¿doblaje sí, o doblaje no?.
Creo que el cine en versión original es el más original; calidad a parte. Los personajes son más reales, y la historia más auténtica. En versión original, la película es tal y como la ha concebido el director, e interpretado los actores.
Un ejemplo claro es El Resplandor, con el doblaje de Verónica Forqué. Es ya casi un tópico, pero, con todos mis respetos a la actriz, creo que la voz de la Forqué resta terror al largometraje de Kubrick. De hecho, al igual que hicieron con la rista de Mozart, no se doblaron los gritos de la actriz en la mítica escena de Jack reventando la puerta del baño a hachazos. Lo que no sé es si que se la oiga gritando en inglés «No! Please!», está hecho queriendo o por accidente, o porque no les quedó más remedio.
La riqueza de nuestro idioma no desvirtúa en absoluto los textos concebidos en otros idiomas. Pero plantéatelo al revés. ¿Te imaginas ver “La escopeta nacional” doblada en inglés?. No sería lo mismo. Las buenas pelis españolas, no serían tan buenas en una versión doblada, en ningún caso, y en mi opinión; los chascarrillos propios de la época, los chistes, las referencias,… imposible de doblar.
Tengo un recuerdo divertido de una época en la que viví en Francia y me ponía los subtítulos para sordos, y así leer francés mientras lo escuchaba, con la intención de aprender. Viendo Los Serrano, serie española doblada al francés, uno de los personajes imitaba a Chiquito de la Calzada, haciendo ese gestito con las manos mientras encogía los hombros y decía algo que sonaba a “jarl”. A los franceses, no se les ocurrió otra cosa, que doblarlo como “oh la larl”. Tal cual.
Recuerdo morir de risa, y empezar a pensar en sí esto del doblaje, es absolutamente necesario en todos los casos. Quizá, en esa ocasión, al igual que se hizo con la risita de Mozart, hubiera sido preferible dejarlo en versión original.
Desafortunadamente no localizo un vídeo de la famosa serie con la escena en cuestión doblada al francés, pero sí he encontrado un fragmento con Antonio Resines doblado, y me sirve de ejemplo. Resines en francés, no suena tan atropellado, no tiene esa característica propia del actor al hablar; lo que le hace ser el actor que es. De hecho, no parece Antonio Resines.
Entonces, el doblaje en cine ¿sí o no?