Todas las disciplinas deportivas ofrecen un mundo de posibilidades estéticas para la creación de imágenes. La pasión, la resistencia, el esfuerzo, la plasticidad son todas oportunidades para cualquier fotógrafo o cineasta de mostrar su visión. Pero quizás ninguna disciplina es más paradigmática de la lucha vital y deportiva como el boxeo, y la fotografía ha sido testigo de ello.
Más allá de la épica epatante de películas como «Rocky», la producción cultural de imágenes sobre boxeo en occidente nos ha dejado imágenes que transcienden lo puramente deportivo para llenar el espacio simbólico de la lucha del individuo contra sus circunstancias. Una metáfora sobre la superación. Como decía Saint-Exupery, lo que mide a los individuos son los obstáculos a que han de enfrentarse. Cuanto más peligro haya en franquear estos, más fascinante es lo que les ocurre.
Neil Leifer
Pocos en la historia de la fotografía puede presumir de ser el autor de una foto icónica. Neil Leifer, sí. Una noche de mayo de 1965, en el estado de Maine, Mohammed Ali flotó como una mariposa y picó como una abeja. La cámara de Leifer, presta, captó una imagen para la eternidad. Alí, justo después de noquear a Sonny Liston en el primer asalto, le increpa a éste que se levante. La fuerza, la plasticidad y la expresividad de la imagen lo dicen todo. Y también hablan de la comentada posibilidades plásticas del pugilismo.
La fotografía de boxeo en España
El boxeo en nuestro país no ha gozado de la tradición y popularidad que tiene en los países anglosajones. Por ello, la fotografía pugilística es menos visible en nuestra piel de toro. Sin embargo, hay ejemplos notables que merecen ser citados. La obra «Esquina neutral» de Ramón Masats, que camina entre el poema y el reportaje. O la obra, más dura y descarnada, «16 toneladas», de Carlos Glera.
«Pugilato»
Entronada en esta tradición, aunque con un toque más intimista, se encuentra la obra «Pugilato» del fotográfo madrileño Paco Poyato, recientemente seleccionado en los Descubrimientos PhotoEspaña. «Pugilato» es un trabajo fotográfico que con el boxeo como medio traza una metáfora con la vida misma, entendida ésta como una lucha constante. Y tienes la oportunidad de asistir a la inauguración de esta exposición el próximo viernes 5 de mayo en la Escuela Mistos. ¡No te lo pierdas!